jueves, 11 de marzo de 2021

Las Edades del Comercio: EDAD MEDIA

LA EDAD MEDIA: COMERCIO A MEDIAS

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Cronología:

La Edad Media es un amplio espacio de tiempo que abarca 10 siglos de la Historia de la Europa Occidental, sin embargo el periodo al que se hace referencia es más corto, es el comprendido entre los siglos V y XI de nuestra era y que se inicia justo después de la caída del Imperio Romano de occidente. Esta época se conoce como la Alta Edad Media y se caracterizó por una inestabilidad tanto interna como externa y, en general, por ser mala para el comercio.

Localización Geográfica:

La Edad Media hace referencia a la Europa entre los siglos V a XV. El ámbito geográfico al que se referencia en este trabajo es esa Europa Occidental ya que, aunque existían diferencias entre las regiones, el sistema de funcionamiento y la división de la sociedad son relativamente similares.

La Alta Edad Media:

Durante los periodos finales del Imperio Romano y para intentar evitar la decadencia económica se promulgaron una serie de normas que pretendían retener a los habitantes en su región en un intento de evitar la fuga de personas (contribuyentes) y garantizar una población que permitiera una actividad económica suficiente, o lo que es lo mismo, que permitiera recaudar lo suficiente. Como se explica en el artículo de Roma estas prácticas no funcionaron.

Con la caída del imperio se inicia un periodo de gran inestabilidad en cuanto a lo que seguridad se refiere. Desaparecido el poder central los territorios de Europa compiten y luchan entre ellos. Los caminos se vuelven peligrosos, entran en desuso y algunos de ellos serán definitivamente abandonados. Las ciudades pierden habitantes que escapan del hambre llegando a darse el caso de urbes que quedan completamente deshabitadas. Ejemplo extremo son las Islas Británicas, donde la población pasó de 4 millones de habitantes en el Imperio a menos de un millón tras la caída de éste.

Los invasores formarán una nueva nobleza local y asentarán su poder en las normas romanas que vinculaban a la población a su territorio. Se establecerá un nuevo gobierno basado en el vasallaje. Estos nuevos nobles defenderán su territorio y sus habitantes a cambio de que éstos le sirvan, ya sea pagando impuestos o por medio de servicios y además quedarán vinculados a su señor de por vida. Nace así el sistema feudal.

La Alta Edad Media y el comercio:

En estas poblaciones empequeñecidas la economía se basa en la agricultura, poco productiva y gravada además con múltiples cargas e impuestos. Los impuestos se pagan a los señores en especie por lo que no es necesario un mercado predominando el trueque como forma de pago. Los pequeños territorios de los nobles son prácticamente autosuficientes, fabricándose en ellos todo lo necesario para subsistir por medio de la artesanía. Sí hay comercio interior pero es escaso, hay poca oferta, poca demanda y demasiados problemas de comunicación, prima la autarquía.

En cuanto al comercio internacional éste también existe, se comercia en el Este con los pueblos eslavos y en el Mediterráneo con Oriente, del que se importan especias, telas y otros productos de lujo y donde se venden cereales. Este tráfico, dominado por las ciudades italianas, será el germen del inmenso auge y poder que irán consolidando estas urbes durante esta era y que se manifestará finalmente en los siglos posteriores.

El comercio en los señoríos:

No todos los señoríos son de la misma extensión, depende del poder del señor. En algunos casos llegaron a ser bastante extensos abarcando varias poblaciones.

Aunque la economía es básicamente autárquica y se apoya en la agricultura se darán épocas en las que se produce un excedente que se podrá intercambiar en el mercado. Del mismo modo, en aquellos lugares en los que es posible porque la población es mayor existirán artesanos que se ocuparán de fabricar los aperos, herramientas en incluso armas, objetos que también serán mercancías para el comercio.

El comercio en las ciudades:

Las ciudades de la Baja Edad Media son muy diferentes a las anteriores ciudades romanas en varios aspectos fundamentales:

Tamaño: Las urbes altomedievales son más pequeñas, tanto en extensión como en número de habitantes

Forma: Se trata por lo general de ciudades amuralladas, signo evidente de que existe un peligro real y constante de sufrir ataques violentos, tanto de enemigos externos (invasores como normandos, musulmanes o eslavos) como internos (otros señores rivales o guerras)

Función: Las ciudades de la Alta Edad Media no tienen una función ni de comercio ni de colonización sino que son centros de refugio y defensa en caso de ataque. Se articulan en el entorno de una o varias fortificaciones, con una muralla defensiva y, a ser posible, en un emplazamiento fácil de defender lo que generalmente está ligado a ser de difícil acceso.

En estas ciudades medievales la figura del comercio es marginal, la aristocracia local tiene su sede en la fortaleza y desde ella ejerce el poder. No obstante esta aristocracia local sí tiene capacidad de compra por lo que existe algún comercio local destinado a satisfacer su demanda de productos caros e inaccesibles para el pueblo llano.

En algunas ciudades se siguen organizando ferias herederas de la época anterior, su periodicidad dependerá de la capacidad económica o productiva de la zona aunque como generalmente su objeto son bienes agropecuarios comienzan siendo anuales coincidiendo con la cosecha correspondiente. En algunos casos estas ferias irán adquiriendo mayor importancia, atrayendo a clientes y expositores cada vez más lejanos y llegarán a convertirse en verdaderos eventos internacionales.

Pero a pesar de todas las dificultades, a medida que se avanza en el tiempo y se acerca el año 1000, nuevos centros de comercio surgen en los extramuros de algunas ciudades. Centros de comercio que empiezan siendo locales pero que pronto ampliarán su influencia convirtiéndose en regionales e incluso internacionales. Centros de comercio que darán paso a una nueva y poderosa clase social: la burguesía.

El final de la Alta Edad Media: el despertar del comercio:

Con el paso del tiempo, a medida que se acerca el año 1000 las condiciones de la economía medieval mejoran notablemente:
  • Mejora la seguridad al cesar las invasiones externas y reducirse los conflictos internos facilitando los movimientos de personas y mercancías.
  • Mejoran el clima, las técnicas agrarias y aumentan las tierras cultivadas lo que lleva a un fenómeno que se ha llamado la “plenitud medieval” en el que exista una abundancia de excedente.
  • La población aumenta en gran número y el comercio internacional se desarrolla de un modo espectacular.
En este nuevo contexto las ciudades pasan a ser centros de comercio dejando de lado su función defensiva. Centros de un comercio fuerte, importante y poderoso, que hace de los mercaderes gente adinerada que empieza a tomar conciencia de su poder y que querrá formar parte del grupo que ostenta el poder.

La nobleza laica y eclesial contribuye también al desarrollo del nuevo comercio, favoreciendo la realización de ferias y mercados que aportan importantes ingresos a las arcas públicas y recaudando sus impuestos en moneda, lo que obligará a los contribuyentes a hacer uso del mercado para conseguirla.

Algunos autores definen este periodo del comercio como una “Revolución comercial”. Lo cierto es que el comercio se multiplica tanto a nivel local como internacional y que la riqueza que genera es cada vez mayor.

Este mayor comercio y la creciente importancia de las personas que se dedican a él serán vitales para que finalmente se produzca el paso de la Edad Media al Renacimiento.

El legado de la Alta Edad Media:

La Alta Edad Media fue, desde el punto de vista del comercio, un periodo oscuro. Una época en la que esta actividad se redujo de una manera extrema llegando al punto de casi desaparecer en algunos lugares. Si hay que hablar de algún legado habría que hacer un listado de cosas que no se deben hacer si no se quiere correr el riesgo de eliminar el comercio, entre los que se pueden destacar:
  • La inseguridad: cuando la propia seguridad de las personas corre peligro muy grande ha de ser la recompensa para que merezca la pena arriesgar la vida. La inseguridad de los caminos hizo que sólo se mantuvieran aquellas rutas comerciales especialmente rentables, como las que traían productos de lujo de oriente.
  • La falta de movilidad: el régimen feudal ataba a los siervos a su señor y a su señorío lo que les imposibilitaba el poder buscar alternativas a su situación. No era posible marchar a otra población en busca de otro oficio sin el permiso del señor, permiso que no siempre llegaba porque perder un siervo significaba perder mano de obra en sus tierras.

FUENTES CONSULTADAS:

ENCICLOPEDIA UNIVERSAL MARÍN (Ed. MARÍN, S.A.)
ISBN 84-7102-019-X
INTERNET:
ARTE HISTORIA
Natureduca


AUTOR:
Borja Escalona
Técnico de Comercio
Oficina Técnica de Comercio de Gernika-Lumo: Elaboración propia


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