jueves, 28 de julio de 2011

Mercados del mundo: Los bazares de Estambul

LOS BAZARES DE ESTAMBUL
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Estambul es por muchas razones una ciudad única, crisol de culturas y civilizaciones, durante siglos puente entre Asia y Europa. La antigua Bizancio y Constantinopla, capital de dos imperios es un destino turístico importante al que acuden millones de personas de todo el mundo.

Y dentro de los grandes atractivos turísticos de la ciudad se encuentran sus bazares, visitados diariamente por miles de compradores locales pero también por turistas, que encuentran en ellos un atractivo especial, por su colorido, por sus productos, por su forma de comerciar, por el espectáculo de un comercio en vivo, que está vivo y que vive para comerciar.

En la ciudad existen varios bazares siendo los más importantes y conocidos el Gran Bazar y el Bazar de las Especias.

El Gran Bazar:
Su nombre en turco es KapaliÇarsi y se deduce claramente que es el mayor bazar de la ciudad extendiéndose por una superficie de 45.000 metros cuadrados estructurados en 64 avenidas y calles, 16 patios y aproximadamente 3.600 tiendas. Se trata de un recinto cerrado al que se accede por 22 puertas, todo un centro comercial que lleva funcionando de forma ininterrumpida desde el siglo XV. Recibe diariamente (de lunes a sábado, los domingos cierran los comercios) a un ingente número de personas que oscila entre las 250.000 y las 400.000. La oferta comercial es obviamente amplia y variada pero para el turismo lo más interesante pueden ser los puestos de alfombras, artesanías de metal o cuero, orfebrería y joyería, eso sí, sin desmerecer al resto de establecimientos presentes.

Un colorido y una puesta en escena que evocan inevitablemente a una Sherezade contando historias de las Mil y una noches y un panorama evocador tanto en los puestos como en el edificio.

Además, el espectáculo sigue y se acrecienta en el momento de hacer una compra porque el regateo es la norma para fijar el precio, se regatea por todo, por una alfombra, por un bolso, por un par de pendientes,... nada escapa a esta práctica que supone un ataque directo a los esquemas occidentales de comercios con precios marcados, es más, no regatear es casi ofender al comerciante.

Visitar el Gran Bazar exige dedicarle tiempo, para pasear, para curiosear, para comparar precios y para comprar, porque un regateo lleva tiempo y puede incluso alargarse si el comerciante invita, deseoso de agradar y de cerrar la venta, a un té o un café turco. Por el idioma no hay que preocuparse, en el Gran Bazar se habla el idioma del comercio, un idioma universal que se entiende en todo el globo.

El Bazar de las Especias:
Este bazar se conoce también como el Bazar Egipcio. Es mucho más pequeño que el gran bazar (unos 90 comercios) y en él se venden, como es obvio, especias de todo tipo que son ampliamente utilizadas en la cocina local. Junto con ellas también se pueden encontrar productos gastronómicos típicos, como son frutas, dulces, quesos y frutos secos.

Al igual que el Gran Bazar la historia de este Centro Comercial se adentra en la antigüedad, iniciándose a mediados del siglo XVII en un contexto histórico en el que Estambul era la puerta de entrada obligada de las rutas comerciales que, desde el lejano Oriente, llevaban a Europa exóticos productos entre los que estaban las preciadas especias.

La visita a este establecimiento es un regalo para los sentidos, el color y el olor, los olores más bien, componen una melodía de seducción a la que el olfato occidental, menos habituado a esta variedad y riqueza, no puede menos que recibir una agradable sobredosis de estímulos.

Y de nuevo, el regateo, porque la compra no se entiende sin regatear, forma parte de la idiosincrasia turca y de gran parte del mundo musulmán y el comercio se hace así, ¿por qué? porque el comercio no es sólo comprar y vender, es mucho más, es también disfrutar, vivir, apreciar,... el regateo hace que los actos de compra sean una aventura, una sensación, una experiencia que anima y dinamiza el comercio.

Los bazares de Estambul son un espectáculo comercial, una representación vital de una actividad cotidiana pero peculiar al mismo tiempo. Lo que para cualquier persona que viva en Estambul es su día a día habitual, para el ojo occidental es una representación digna de verse y de visitarse, comercio espectáculo.

AUTOR:
Borja Escalona
Técnico de Comercio
Oficina de Dinamización para el Comercio de Gernika-Lumo: Elaboración propia


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